Me sucedió hoy sentada en una banca,
mientras esperaba algo, pensé “qué estará haciendo el hombre que hace
aproximadamente siete años atrás me atropelló?”, ¿cómo será su vida después del
accidente?, porque yo sé cómo es la mía pero ¿y él?, ¿habrá vuelto a atropellar
a alguien?, ¿se acordará de mi? ¿sabrá que estoy pensando en él?, ¿pensara en
mi, alguna vez lo hizo o lo hará?, ¿si alguna vez lo encontrara en la calle, lo
reconocería?.
¿Cómo es la vida de la gente que no
piensa en nosotros?, de esa gente en quién nosotros no deberíamos estar
pensando, qué pasa o qué sienten mientras nosotros pensamos en ellos, qué fue
de aquellos que dejamos de ver.
Nunca había pensado en aquel que cambió
mi vida, obviamente yo cambie la de él y tal vez la de su familia, tal vez no
volvió a manejar después del accidente, tal vez ya no le guste pasar por
Vertiz, tal vez “salé” su auto y decidió venderlo después de comprobar que
traer al cura para bendecirlo no servía de nada; sea como sea, sólo se que la
gente “fugaz” como él deja una marca en cada uno de nosotros, sea visible o no,
(en mi caso muy visible, casi asquerosa) aunque ni siquiera sepamos cómo lucen
(me quedo pensando en que no sé absolutamente nada de él)
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